Por Damián Laing.
Si a un amante o a un experto del séptimo arte le preguntaran el nombre de un director japonés, seguramente Akira Kurosawa saldría a flote enseguida. Este es el turno de hablar un poco sobre el maestro del cine japonés.
Akira Kurosawa nació en una familia acomodada y tradicionalista en 1910, y dejó de estar entre los vivos hasta 1998; su padre era descendiente de la casta samurai y su madre provenía de una familia de comerciantes.
En un principio Akira era un hábil dibujante, hasta que, gracias a la influencia de su hermano mayor Heigo, que se dedicaba a narrar películas mudas en las salas de cine de Tokio, Kurosawa comenzó a adentrarse en el mundo del cine y poco a poco se vio envuelto en él hasta convertirse en director.
Aunque también fue gracias a una importante experiencia de vida que hizo que el director fuera como lo conocimos; en 1923, cuando Akira tenía tan solo 13 años, presenció un gran terremoto que hubo en la ciudad, gracias al cual murieron más de 100 mil personas.
Cuando Akira quiso voltear la mirada para no ver tanta muerte y destrucción, su hermano Heigo lo reprendió y obligó a mirar. Años más tarde Kurosawa confesó que gracias a esta experiencia aprendió a enfrentar todo lo que le provocaba miedo, para así superarlo.
Kurosawa tenía una manera peculiar de ver las cosas, decía que el mundo era complejo y en ocasiones terrible, hay personas que gozan y otras que sufren; pero siempre queda la bella posibilidad de que todas esas personas se sublimen a través de sus acciones y su memoria vuelta reflexión.
Esta forma de ver las cosas está muy presente en cada una de sus obras, en algunas de una manera muy marcada. Teniendo películas como “Los 7 Samurai” o “Yojimbo”, donde mercenarios y marginales consiguen redimirse, la famosa obra “Rashomon” dónde narra cómo uno siempre terminará regresando al origen, pues por la puerta que saliste, volverás a pasar al regresar.
Creo que vale la pena destacar la maravillosa película “Dreams” donde narra de una manera espectacular y admirable, 8 historias distintas que fueron extraídas de sus sueños, 4 sueños y 4 pesadillas para ser más exactos. Cada uno de ellos único, lleno de arte cinematográfico y del marcado estilo del director.
Kurosawa fue un director excepcional, digno de admirar, del que muchos directores se han inspirado para dedicarse a esta cuestión, o se han visto profundamente influenciados por sus obras maestras del cine; donde lo sublime y lo terrible se van hilando a través de las fábulas japonesas representadas en cada una de sus películas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario